Coordinación: Mg. Estela Madueño y Lic. Yanina Ruiz de la Rosa
Fundamentación: El propósito de esta mesa se centra en analizar la relación existente entre Desarrollo Sustentable y Economía Circular a fin incentivar la concientización y el compromiso de la ciudadanía en este proceso. Al Desarrollo puede entendérselo como un proceso de dinamización de las potencialidades de una comunidad dentro de un territorio, considerando diversas dimensiones (económica, social, política, cultural y ambiental) que persigue ante todo mejorar la calidad de vida de la sociedad. Este proceso implica un cambio estructural global que requiere políticas sistémicas destinadas al bienestar de la comunidad.
El Desarrollo como todo proceso, no es lineal, en el camino hay progresos y retrocesos que requieren de estrategias para sobrellevarlos, y hacer realidad la situación objetivo. En este contexto el Estado juega un papel fundamental
– intentando mediar y equilibrar las fuerzas del mercado en relación a la sociedad
– buscando subordinar la concentración desmedida a la responsabilidad social y la equidad
– interviniendo con las regulaciones necesarias para incrementar la calidad institucional (control, eficiencia y eficacia de la gestión, transparencia, etc.)
– y promoviendo la integración ´Estado-Mercado-Sociedad´ en el territorio.
El Desarrollo Sostenible (DS) se define como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (ONU, Informe Brundland, 1987). Este concepto emerge como principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo y se apoya sobre tres pilares básicos: desarrollo económico, equidad social y protección del ambiente.
A partir de 2015, luego de cumplirse el plazo del acuerdo de los ´Objetivos de Desarrollo del Milenio´ fijados en el año 2000, se pusieron en marcha nuevos objetivos por parte de la ONU. Los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales, denominado ´Objetivos de Desarrollo Sostenible´ (ODS, 2015-2030), para erradicar la pobreza, adoptar modalidades de producción y consumo sostenibles, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda mundial.
Los ODS son un conjunto de metas ambiciosas que requieren la cooperación de gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos para lograr un futuro más sostenible para todos.
El Estado debe ejercer un rol esencial en este enfoque del DS, intentando mediar y equilibrar las fuerzas del mercado en relación a la sociedad mediante las políticas públicas y la gestión ambiental. Las políticas públicas promotoras del DS son las que pueden impulsar la Economía Circular (EC), opuesta a la tradicional Economía Lineal que extrae los recursos – renovables y no renovables – los industrializa y posteriormente desecha los residuos resultantes. La EC pretende que los recursos mantengan su valor y utilidad en todo momento, considerando la eficiencia a la hora de consumir y producir. La misma se entiende como “un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos” (Comisión Europea, 2015).
La EC pretende simultáneamente generar prosperidad económica, proteger el ambiente y prevenir la contaminación, basándose en tres principios:
1. Preservar y mejorar el capital natural.
2. Optimizar el uso de los recursos.
3. Fomentar la eficiencia del sistema revelando y eliminando externalidades negativa (reducir los daños del accionar humano: uso del terreno, contaminación atmosférica, de aguas y acústica, emisión de sustancias tóxicas).
Ejes temáticos principales: i) Ambiente; ii) Desarrollo Sustentable y iii) Economía Circular.